Ante la retomada de la COP16 de Biodiversidad, organizaciones de la sociedad civil exhortan a los países a abandonar los combustibles fósiles
February 20, 2025
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Roma, Italia (20 de febrero de 2025) – Los países volverán a reunirse en Roma la próxima semana para reanudar los debates pendientes de la 16a sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP16), que incluye la movilización de recursos financieros, además del monitoreo y de la planificación para el cumplimiento de las metas del Marco Mundial para la Biodiversidad.
Ante la continuación de las negociaciones del 25 al 27 de febrero, tras suspenderse sin acuerdo en noviembre del año pasado, Stand.earth se une a otras organizaciones de la sociedad civil para exhortar a los estados miembros a:
- Abandonar los combustibles fósiles – Los países deben detener nuevos proyectos de extracción de combustibles fósiles, priorizando la conservación de áreas de alta biodiversidad, como la Amazonía y los ecosistemas marinos en el Caribe, además de proteger derechos de las comunidades afectadas y desarrollar alternativas económicas basadas en soluciones locales y sostenibles.
- Promover financiamiento accesible y adecuado – El Marco Global para la Biodiversidad estima que la brecha de financiamiento de la biodiversidad es de al menos $700.000 millones de dólares anuales hasta 2030. Para cerrarla, los países deben redireccionar recursos de los subsidios fósiles hacia iniciativas de conservación y transición energética justa. Es fundamental también garantizar el acceso directo a financiamiento a los Pueblos Indígenas, quienes históricamente han más protegido la biodiversidad. En este sentido, las organizaciones de la sociedad civil instan al sector financiero a adoptar compromisos para no invertir en sectores extractivos en zonas de elevada biodiversidad.
- Desarrollar monitoreo y reporte robustos, que integren clima y biodiversidad – Para la implementación del Marco Global de Biodiversidad, las estrategias y planes de acción nacionales en materia de biodiversidad deben reconocer a los Pueblos Indígenas y comunidades locales como socios clave en la conservación, la restauración y el uso sostenible de la biodiversidad. Para eso, es esencial garantizar el reconocimiento de sus territorios como una categoría especial de conservación, con respeto por sus derechos y sistemas de gobernanza. Asimismo, es fundamental incorporar sus sistemas de conocimiento como herramientas eficaces para la conservación, y asegurar que su contribución quede reflejada en los informes nacionales y globales de biodiversidad, promoviendo su participación activa en los procesos de monitoreo, siguiendo lineamientos de justicia ambiental y del Acuerdo de Escazú.
Los expertos de las organizaciones de la sociedad civil ofrecen las siguientes declaraciones:
Gisela Hurtado, coordinadora de campañas por la Amazonía de Stand.earth, dijo:
“No podemos salvar la biodiversidad mientras seguimos alimentando la crisis climática con continuas inversiones en combustibles fósiles. Los principales responsables deben asumir su deuda histórica: en la segunda parte de la COP16 en Roma y rumbo a la COP30 en Belén, los países ricos deben comprometerse a pagar, y parte de estos recursos deben ir directamente a los Pueblos Indígenas, protectores de ecosistemas fundamentales como la Amazonía. Es momento de ir más allá de las promesas y pasar a la acción hacia la justicia climática”.
Juan Bay, presidente de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE):
“El financiamiento directo para Pueblos Indígenas, como dueños ancestrales de los territorios más biodiversos del planeta, es un paso crucial que los tomadores de decisiones deben asumir en la segunda parte de la COP16 en Roma. Los Waorani hemos trabajado durante todo 2024 en un Plan de Acción Post Consulta Popular por el Yasuní que traza el camino hacia un modelo libre de combustibles fósiles. Esta estrategia se ha convertido en un referente a nivel regional y global frente a la inacción de los gobiernos y empresas extractivistas que no han dejado de explotar nuestros territorios. Es urgente garantizar un financiamiento directo que permita el cumplimiento de nuestro Plan de Acción, responda a nuestras necesidades, y al mismo tiempo garantice los derechos y medios de vida de los Pueblos Indígenas en reciente contacto y en aislamiento voluntario que habitamos este territorio megadiverso.”
Augusto Duran, coordinador de transición energética en el Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC):
“La crisis de biodiversidad, la crisis climática y las múltiples crisis de la actualidad tienen una causa común: el modelo hegemónico, dependiente de los combustibles fósiles. Es sorprendente que, después de 16 conferencias de las Partes sobre biodiversidad y 29 sobre cambio climático, los estados recién hayan alertado que existe una estrecha relación entre estas crisis y aún así tengan la irresponsabilidad de omitir de sus debates la necesidad de abandonar el petróleo, gas, carbón y toda forma de extractivismo. Desde los movimientos sociales, comunidades de primera línea, Pueblos Indígenas y sociedad civil organizada seguiremos exigiendo que los países ricos asuman su responsabilidad histórica y adopten un compromiso vinculante para garantizar una transición socioecológica con, desde y para nuestros pueblos, como principales demandas para el término de la COP16 y en el camino hacia la COP30.”
Karla Maass Wolfenson, responsable de campañas e incidencia de CAN América Latina y directora interina de la Alianza Cuencas Sagradas Amazónicas:
“En Roma, los países deben dar una respuesta firme ante las medidas y visiones promovidas (desde Estados Unidos) por el gobierno de Trump, reafirmando su compromiso con la protección de la biodiversidad. Esto implica garantizar recursos públicos para su conservación en lugar de depender de la voluntad de actores privados o de la filantropía. Es fundamental que los países envíen una señal clara de compromiso y lideren la capitalización del fondo. Asimismo, reconociendo el papel y las necesidades de los Pueblos Indígenas, es esencial asegurar su acceso directo a financiamiento y establecer mecanismos efectivos para garantizar su implementación.”
Juan Pablo Osornio, director de incidencia de Earth Insight:
“Si los países realmente quieren lograr sinergias entre el clima y la biodiversidad, el 18% de superposición de bloques de petróleo y gas con áreas clave de biodiversidad que existe hoy en día debería eliminarse. La crisis de biodiversidad no se resolverá sin cooperación. Lamentablemente, la confianza entre las Partes del CDB ha sido mermada. Un primer paso para reconstruir esa confianza es un plan sólido para alcanzar las metas de Movilización de Recursos.”
Victoria Emanuelli, lead campaigner de 350.org América Latina:
“La COP16 dejó en evidencia que biodiversidad y cambio climático deben trabajarse en sinergia. También que el liderazgo indígena, afro y de las diferentes comunidades tradicionales deben estar representados en las mesas de decisiones. Desgraciadamente se repitieron algunas de las tendencias negativas de las últimas Conferencias de las Partes Climáticas: un fuerte lobby extractivista de combustibles fósiles que bloquea la posibilidad de alejamiento del gas y el petróleo, y una falta de voluntad política de los países del Norte para financiar la conservación de la biodiversidad y la transición energética justa en el Sur Global.”
Ana Di Pangracio, coordinadora de biodiversidad en la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN):
“Eliminar los subsidios perjudiciales para la biodiversidad, que incluyen aquellos para los fósiles, es clave para cerrar la brecha de financiamiento y garantizar una transición justa. Sin un monitoreo robusto del Marco Mundial de Biodiversidad y la participación activa de la sociedad civil, corremos el riesgo de quedarnos solo en compromisos vacíos. Las organizaciones ambientales y las comunidades juegan un rol esencial en asegurar que los gobiernos cumplan con sus obligaciones y en fortalecer la revisión global de las metas a 2030.”
Sofía Jarrín Hidalgo, asesora de defensa de la Amazonía Occidental en Amazon Watch:
“La COP16 tiene la oportunidad de transversalizar los derechos de mujeres y otras identidades en las metas globales. Los países deben garantizar que el enfoque basado en derechos con perspectiva de género sea tenido en cuenta en la implementación del MMB, asegurando su participación en decisiones y financiamiento en línea con la meta 23 y el Plan de Acción de Género del CDB.”
Carola Mejía, coordinadora de justicia climática, transiciones y Amazonía de la Red Latinoamericana y del Caribe por Justicia Económica, Social y Climática (LATINDADD):
“Exigimos a los gobiernos del mundo que implementen acciones urgentes para frenar las crisis ambientales que han sido generadas por sistemas económicos basados en la extracción y la acumulación de riqueza para beneficio de unos pocos. Asimismo, exigimos a los principales deudores climáticos y ecológicos del Norte Global, y a las instituciones financieras internacionales y banca multilateral, que tomen medidas concretas para canalizar financiamiento justo, accesible y libre de deuda, principalmente de fuentes públicas, que permita proteger la vida y la naturaleza. Ello implica también dejar de financiarizar la naturaleza y dejar de promover falsas soluciones vinculadas al financiamiento como lo son los mecanismos basados en el mercado, por ejemplo los créditos de biodiversidad, y otros instrumentos como los canjes de deuda por naturaleza, que han demostrado ser muy limitados para cerrar la brecha de financiamiento y para resolver la crisis de deuda, y que bajo esquemas cada vez más complejos y poco transparentes, benefician principalmente a intermediarios del sector privado y/o financiero y vulneran derechos de las comunidades locales.”
Emilio Spataro, asociado en diplomacia para la biodiversidad del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe, (GFLAC):
“El acceso directo al financiamiento para Pueblos Indígenas, afrodescendendientes, comunidades locales, mujeres y jóvenes es sin dudas uno de los temas más importantes para el cumplimiento de los objetivos del Marco Mundial Kunming-Montreal de biodiversidad. Es fundamental para que el dinero fluya rápido, de manera accesible con trazabilidad y transparencia a los territorios donde estos sectores sociales están defendiendo la biodiversidad y, a la vez, sufriendo la destrucción en primera línea. A su vez, las magnitudes de dinero para cerrar la brecha de financiamiento para la biodiversidad (al menos 700 mil millones de dólares al año) es tan descomunal, que solo se logrará incorporar a la biodiversidad en una verdadera reforma del sistema financiero internacional. Los nuevos instrumentos en discusión junto al acceso directo al financiamiento, deben formar parte de los textos finales en la plenaria de Roma.”
Crisis climática y de biodiversidad: dos caras de la misma moneda
En octubre de 2024, organizaciones de la sociedad civil llegaron a la COP16 celebrada en Cali, Colombia, con una demanda clara: para revertir y detener la pérdida de biodiversidad, tal y como establece el Marco Global, es necesario abordar los impulsores de la crisis climática.
La inclusión de un ítem de agenda específico para abordar la sinergias entre crisis climática y de biodiversidad fue un claro reconocimiento de su profunda interconexión y una posibilidad de avanzar en los compromisos establecidos en el Balance Global establecido en el marco de la Convención Marco de sobre Cambio Climático, en 2023. Sin embargo, en Cali, los países perdieron la oportunidad de reconocer la urgente necesidad de abandonar los combustibles fósiles y detener el avance del extractivismo en zonas de alta biodiversidad, como la Amazonía, fundamentales para proteger la estabilidad climática global.
Tras el limitado avance de las negociaciones en el marco de la Convención de Cambio Climático en Bakú a fines de 2024, resulta esencial que los países puedan demostrar durante las reuniones en Roma voluntad política para impulsar una transición energética justa y la protección de los ecosistemas y sus defensores. Este liderazgo es especialmente crítico en un contexto en que los grandes contaminantes, como los Estados Unidos, hacen caso omiso a los daños y pérdidas causados por los eventos climáticos extremos y las constantes advertencias de la ciencia e incluso del Foro Económico Mundial.
Rumbo a la COP30, a realizarse a fines de año en Belém, Brasil, los países deben aprovechar cada instancia para reconstruir la confianza y promover condiciones habilitantes para una coordinación efectiva en el abordaje de ambas crisis, asegurando tanto el cumplimiento del Acuerdo de París y del Marco Global de Biodiversidad.
Estrategia de financiamiento y mecanismo financiero para biodiversidad
Las discusiones tanto de la estrategia como del mecanismo financiero para biodiversidad no lograron ser zanjadas en Cali, a pesar de que las partes han reconocido la existencia de una brecha millonaria para revertir y detener la pérdida de biodiversidad, y la necesidad de redireccionar los subsidios, como los dispuestos para combustibles fósiles, hacia actividades en favor de la protección de los ecosistemas.
La necesidad de fondos para biodiversidad y la complejidad de identificar fuentes sostenidas requerirán mecanismos innovadores que garanticen un financiamiento libre de deuda para facilitar las acciones nacionales de quienes injustamente están recibiendo los peores impactos de la crisis ambiental. Asimismo, deben evitarse las soluciones falsas basadas en mecanismos de mercado que, lejos de representar soluciones estructurales a la crisis de pérdida de biodiversidad, contribuyen a la crisis de deuda que atraviesan varios países del Sur Global.
Durante la reunión extraordinaria en Roma, los países tendrán tres días para avanzar hacia la constitución de un Fondo independiente para Biodiversidad y asegurar mecanismos para favorecer la transparencia, participación y agilidad en la asignación de los recursos. Posiciones estancas como las que sostuvieron las partes en Cali no favorecen el cumplimiento de los objetivos comunes y las necesidades colectivas.
En 2024, uno de los mayores desafíos en la COP16 de Biodiversidad y en la COP29 de Cambio Climático fue el incumplimiento de los países más ricos (e históricamente más contaminantes) de sus compromisos de financiamiento. Mientras que la COP29 acordó un paquete de $300 mil millones de dólares, lo que es insuficiente frente a los $1.3 billones anuales que expertos dicen ser necesarios para que las economías en desarrollo avancen en su transición energética, en la COP16 los países industrializados bloquearon un fondo específico para biodiversidad, lo que deja a las naciones del Sur con bajas esperanzas para implementar sus planes nacionales para proteger sus ecosistemas naturales de manera rápida y efectiva.
Ahora que la COP16 se reanuda en Roma, las discusiones sobre financiamiento deben evolucionar hacia compromisos concretos para salvaguardar ecosistemas estratégicos como la Amazonía, a fin de proteger la biodiversidad y asegurar la estabilidad climática. Acciones convergentes como la eliminación de los combustibles fósiles y la protección de zonas de alta biodiversidad deben moldear una respuesta global ambiciosa y equitativa, de cara a la COP30 en Brasil.
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